El pasado 27 de Noviembre se celebró en Madrid, el Congreso de Plataformas Siglo XXI. Red Democrática fue una de las 30 asociaciones convocadas. Nos parece oportuno plasmar, sencilla y sobriamente, unas líneas con las conclusiones que hemos obtenido:
La iniciativa es plausible por varios motivos:
a) No es sencillo convocar a tantas asociaciones que no se conocían entre ellas y establecer una relación libertad/orden con tanta armonía.
b) Su pretensión de servir de altavoz del descontento ciudadano respecto a la clase política actual es una cuestión fundamental. Sin unidad de acción política, toda tarea encaminada a la apertura de un proceso constituyente en España pasa de ser una tarea difícil a una empresa imposible.
c) Nos dio la impresión de que en el espíritu que impregna a sus promotores se encuentra el ideal de cambio y no el afán de protagonismo, lo que es sin duda una cuestión de importancia capital para el desarrollo de los fines perseguidos.
d) Parece ser que se aprobará un decálogo cuya base conceptual y programática serán los tres puntos que expuso Jesús García Barcala: el cambio de la ley electoral, el establecimiento del principio de división de poderes y la reforma o sustitución de la constitución del 78.
No obstante lo prometedor del proyecto, debemos estar atentos, fundamentalmente, a tres cuestiones:
1) Nos dio la impresión de que la crítica más generalizada entre los asistentes se cernió sobre la clase política actual, olvidando el sistema que la ha generado. Muchas asociaciones confían ingenuamente en que la sustitución de unas personas por otras originará un cambio en la manera de hacer política, mostrando su desconocimiento sobre la naturaleza del poder, que tiende indefectiblemente a expandirse hasta que encuentra un obstáculo o un contrapoder. Por esta razón, diversas asociaciones van a cometer el error de convertirse en partidos políticos y otras ya lo han hecho, teniendo en sus planes presentarse a unas elecciones con el eslogan: “nosotros sí lo haremos bien, todos los demás no, pero nosotros sí, confíen, confíen” como si la democracia consistiera en un acto de confianza del pueblo ante la clase gobernante, siendo como todo demócrata sabe, exactamente lo contrario, es decir, la implantación de mecanismos de control por parte del pueblo para que el gobernante/representante no se pueda extralimitar en las funciones delegadas. Confiamos, no obstante en que la buena voluntad de las personas asistentes se deje influir por las ideas democráticas en el medio plazo. Red no está contra los políticos de hoy, ellos son sólo el producto de un sistema que niega la democracia, precisamente, porque no establece las cauciones necesarias para evitar el abuso y propiciar la verdadera representación de la sociedad civil en las instituciones políticas de Estado.
2) La redacción del decálogo dejará claro si los principios representativo, electivo y de división de poderes tiñen democráticamente las pretensiones del movimiento. Por lo tanto, habrá que estar muy atentos a los matices de la redacción del mismo, que como mínimo deberá dejar siempre abierta la posibilidad de la democracia formal.
3) La izquierda no está, pero se le espera. Así abrimos nuestra intervención bajo el convencimiento de que si el Congreso de plataformas (a partir de ahora Plataforma Ciudadana) tiene vocación de convertirse en el portavoz de toda la sociedad civil, si es un movimiento democrático verdaderamente transversal cuyo objetivo es canalizar el descontento ciudadano respecto al sistema político actual, resulta cualitativa y cuantitativamente imposible conseguirlo sin el apoyo y concurso de la izquierda.
Por favor, enviadnos cuantas sugerencias y análisis de los hechos tengáis que hacernos.
Atentamente: Carlos Angulo y Lorenzo Abadía, Coordinadores nacionales de Red Democrática.
Alfonso corazón,porque no escribes de cosas un poco más alegres y menos políticas,es que esto solo interesa a una pequeña parte(mínima) de los jóvenes de hoy en día...
ResponderEliminarPD: soy Marta