18 marzo 2011

MONESVOL (Cristina Villalba)



¡Hola, queridos amigos! Vengo a predicar mi religión: el pastafarismo. Mi dios, el santo Monesvol, me tocó con uno de sus apéndices tallarinescos, y por eso soy una gran pastafari. El nombre de Monesvol proviene de “Monstruo Espagueti Volador”. Como su nombre indica, esta deidad es una gran masa de espaguetis con albóndigas (almóndigas, como diría nuestra “querida” RAE) con ojos de caracol que vuela. Prueba de que nos ha creado es que nos hizo a su imagen y semejanza y el cerebro, la parte más importante de un humano, es idéntico a un bol de espaguetis. El día sagrado de los pastafaris es el viernes, y por eso no acudimos ni a la escuela, ni al instituto ni al trabajo [¿a que mola?]. A cambio, el santo Monesvol nos pide que nos vistamos de pirata durante todo el día. ¿Por qué de pirata? Porque los pitaras son los seguidores principales de Monesvol. Además, el primer profeta, el capitán Mosley, fue uno de ellos. Monesvol le entregó a él las tablas del “Realmente preferiría que no...”, ya que él no nos obliga a nada, simplemente nos da la opción. Aunque los piratas siempre han tenido una reputación pésima, la culpa es de los cristianos, que sabiendo que eran los preferidos del verdadero Dios, difundieron rumores sobre ellos. Desafortunadamente, la mayoría de los piratas de ahora han olvidado a quien han de seguir y, tentados por el Unicornio Rosa Invisible, han dejado de creer en Monesvol.
El símbolo del pastafarismo es un tenedor crucificado y nuestro libro sagrado es “El evangelio del Monstruo Espagueti Volador”. El 19 de septiembre es el Día Internacional de Hablar como Piratas.
Las oraciones a Monesvol deben terminar con la palabra “ramen”. Aquí tenéis la oración más conocida:

Oh Tallarines que están en los cielos gourmets
Santificada sea tu harina
Vengan a nosotros tus nutrientes
Hágase su voluntad en la Tierra como en los platos
Danos hoy nuestras albóndigas de cada día
y perdona nuestras gulas así como nosotros perdonamos a los que no te comen.
No nos dejes caer en la tentación (de no alimentarnos de ti)
y líbranos del hambre...
Ramén.

Monesvol creó el mundo tras una monumental borrachera. La resaca explica las imperfecciones del mundo. En el cielo hay volcanes de cerveza, hechos para el disfrute de todos los creyentes; sin embargo, aunque en el infierno también hay volcanes de cerveza, esta está caliente y sin gas.
A todos aquellos que estáis pensando “¿Cómo va a existir un Dios de espagueti si los espaguetis se crearon por Italia hace unos cuantos siglos?” yo os voy a responder: Monesvol, tras ver como nadie creía en él ni se acercaban a rozar la verdad sobre la creación, decidió poner a nuestro alcance una nueva pista. Por eso, se le apareció en sueños a Luigi y le obligó a crear la pasta y sobretodo, los espaguetis. Eso explica porque hay juegos de Mario en los que aparece y juegos que no: es un gran chef y un fiel seguidor del santo Monesvol.
Bobby Anderson, el segundo profeta, conseguió demostrar que los terremotos, el calentamiento global, el efecto invernadero..., han sido ocasionados por la disminución de los piratas, como indica este gráfico:



Por eso, os pido humildemente desde este gran blog, que os convirtáis al pastafarismo, sigáis al gran Monesvol y lleguéis a ser grandes piratas.

2 comentarios:

  1. Monesvol bendiga a todos sus creyentes, a los ateos y a los librepensadores; en definitiva, a todos aquellos que no imponen una creencia a la fuerza sobre los demás.
    En estos tiempos convulsos, traenos paz. ¡Oh, Monesvol!

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  2. Mamma mía! Este fué un maravilloso artículo, graccie graccie.

    Pero eso no significa intentar imponer una fe, como dicce el gran Monesvol: "Si algunos no creen en mí, no pasa nada", pero es bueno distribuir su doctrina de esta forma, ya que así el que quiere se une y quien no cree en el Gran Monesvol y su Tallarinesca Presencia simplemente pasa de largo.

    Aprovecho de dar mis bendiciones a los piratas en Somalia, quienes luchan contra un sistema que aprovecha sus paradisiacas costas para tirar desechos nucleares y poner a pescar a barcos extranjeros, y justifico que se defiendan contra esos malditos... aunque claro, sería bueno que lo hicieran después de comer, pero no siempre es posible, pero Monesvol lo sabe, y da sus bendiciones a los sagrados Piratas.

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