29 febrero 2012

GONZÁLO BILBAO, UN GRAN PINTOR DEL COSTUMBRISMO SEVILLANO (Laura Campos)

Autoretrato de Gonzálo Bilbao.
Este pintor del siglo XIX, llamado Gonzalo Bilbao, nació en 1860 en la provincia de Sevilla, interesándose desde pequeño en el mundo de la pintura y la creatividad, el cual se llegó a considerar uno de los mejores pintores del costumbrismo de su época. Aunque también estudio Derecho por obligación de su padre, su tendencia por el arte era más fuerte, hasta que acabó sólo dedicándose a ella. Fue un pintor que abarcó todos los géneros de la pintura, heredando un poco de cada uno de ellos: costumbrismo, modernismo, impresionismo, entre otros, gracias a los numerosos viajes que  hizo a lo largo de su vida a Francia, Italia, Marruecos… lo cual, le facilitó más contactar con su carrera artística hasta tener su toque de personalidad característico en sus obras.
Por ello, debido a su gran talento, se ha realizado en el museo de Bellas Artes de Sevilla, una exposición de sus obras, que estará hasta este 4 de marzo, la cual recoge desde sus obras más tempanas de corriente costumbrista, hasta las de mayor madurez artística de influencia velazqueña, como las famosas Las Cigarreras y el gran retrato del rey Alfonso XIII.
Además, este gran artista sevillano, tenía una estrecha relación con este museo, puesto que nació en una calle cercana a él, y también fue un académico consiliario y presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y del Patronato del Museo desde el año 1925.
Tras su muerte en Madrid en 1938, su esposa María Roy, donó varias de sus últimas obras a este museo, para que nadie se perdiese el duendecillo del arte, que poseía su marido.


Esta exposición consta de tres partes a medida que el artista va evolucionando tanto en su carrera artística, como en su técnica influido por importantes pintores del siglo XIX:


Las madrecitas.
- La primera etapa es la formación  de su estilo: En este primer periodo, Gonzalo Bilbao está influido por dos grandes artistas como José Jiménez Aranda y José Villegas, los cuales le aportan ciertas técnicas para su carrera artística. En la formación de su estilo, la mayoría de los cuadros, son retratos de sus seres queridos, en los que usa la tradición decimonónica y costumbrista española, hasta evolucionar a una mayor sobriedad en la tonalidad de color y a una pincelada más suelta, como en los retratos de su hermana Ana Bilbao y el de su cuñado Juan Ceballos.
Una de sus obras destacadas, de estos primeros años son Las madrecitas, de interpretación costumbrista de la sociedad de la época, en el que se ve a dos niñas que juegan a las mamás en una habitación, en la que se contrasta la luz y oscuridad para que el visitante capte toda su atención en las niñas y en el perro dormido a su vera.

Marina.
- Su segunda etapa, llamada de luz y color: recoge las experiencias de sus viajes por el mundo, entrando en contacto con las diferentes corrientes artísticas, preocupándose por la intensidad de la luz y dominio de color. En este periodo resaltan sus variados paisajes a “plein air” propios del impresionismo francés, con una pincelada más suelta, en los que se convierte en un profesional e iniciador del luminismo.
Uno de los paisajes que se muestra en esta exposición es el de Marina de la Costa Cantábrica, donde el entrelazamiento de luz y color, son rápidos y atractivos en el movimiento de las olas que golpean a las verdosas rocas violentamente.
Otro de los cuadros de la segunda etapa es La casta Susana, donde se da una explosión de colores, formas… más detalladas de Susana (1º plano) con una gama más luminosa de tonalidades, mientras que los viejos jueces pasan a un 2º plano de matices más oscuros y  abstractos. Esta obra está basada en un texto bíblico en el cual la joven Susana  es deseada por dos viejos jueces que intentan abusar de ella, y al ser rechazados, la acusan por adulterio, pero el profeta Daniel que descubrió las intenciones de los dos jueces, salvó a la joven Susana de la muerte, siendo al final condenados los dos viejos.






Las Cigarreras.
- La última etapa y la de mayor madurez del artista es la de las llamadas Cigarreras: donde ya le aporta su toque personal a sus obras es éste. En esta sala se encuentra los cuadros que lo hacen más reconocido como Las Cigarreras y el retrato del rey Alfonso XIII, aparte de diversos retratos de personajes relevantes del siglo XIX, como por ejemplo, el retrato del Fray Diego de Valencina, en la que se contempla la evolución de la técnica de Gonzalo Bilbao en este ámbito, influido por el pincel de Velázquez.
Como se ve aquí, a la izquierda están las ya citadas Cigarreras, obra que hizo llegar a la cumbre a Gonzalo Bilbao. En ella, se muestra el interior de la fábrica de tabaco donde se nota el esfuerzo de estas mujeres obreras que a la vez, mientras trabajan hacen la labor de madre cuidando a su niños en la misma tabacalera, donde el pintor encuentra un ápice de belleza en ellas.
La Toillette.
A la derecha en cambio, está La toilette, en el que se contempla una mujer iluminada por la luz que entra por el balcón, desnudándose, con la representación de la postura popular de la mujer sevillana, puesto que Bilbao sentía cierta atracción por el retrato de toda clase de mujer, pero sobre todo de las mujeres trabajadoras, como se ha observado antes en Las Cigarreras.
Con estas obras y muchas más que se encuentran en la exposición, os invito a que vayáis a visitar esta explosión de colores vivos, apasionados y sombríos, donde Gonzalo Bilbao con su talento os trasmitirá sus emociones reflejadas en sus cuadros haciéndoos sentir parte de él.


Disfrutad de la exposición en el museo de Bellas Artes de Sevilla hasta el 4 de marzo en el siguiente horario:
  • Lunes cerrado.
  • Martes a sábado de 9:00-20:30.
  • Domingos, jueves y viernes de 9:00-14:30

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