07 febrero 2011

A SAN VALENTÍN ¡NO! (Esperanza Mata)

Ya llega San Valentín, y con él los escaparates teñidos de rojo y rosa. Es imposible evitar pensar en él, ya que en cada esquina te lo recuerdan. Y ahora que pienso en ello...¡Oh! San Valentín…preciosa fiesta donde muestran su amor una vez al año. Un momento, ¿¡Una vez al año!?El San Valentín que conocemos se celebra desde no hace más de 30 años. Valentín, es un santo más de nuestro calendario, pero en los últimos años se ha convertido en una fiesta al más puro estilo consumista. Esto no es más que mi opinión, y no tengo ánimos de ofender a nadie con ella, pero a mi parecer la fiesta de San Valentín es algo completamente innecesario.
En primer lugar, el amor es algo mágico y único, algo que debes demostrar y sentir junto los días, y no acordarte de decir “te quiero” una vez al año. Vamos a ver señores, cuando dos personas se aman viven el día a día, con cada caricia, con cada detalle, no solo el 14 de febrero y ¡porque lo hacen los demás!


Después, no brilla principalmente por su originalidad: ositos de peluche, corazones, lacitos, cupidos y flores. De ahí no sale. Todo de color rojo o rosa. ¿De verdad que no es malo para la salud tanta azúcar en el ambiente? Un regalo de verdad no tiene que ser un ramo de flores, hay infinidad de posibilidades para regalar algo que no sea siempre, una y otra vez, cada año, lo mismo.

Luego, la inmensa cantidad de dinero gastada en una persona con la que no sabes si durarás hasta la siguiente semana. Que sí, que yo entiendo que todo es muy bonito, pero no acuséis sin saber. Soy una persona, y como tal me encanta cada detalle que tienen conmigo, pero creo que es innecesario tal tremendo gasto por alguien que no amas de verdad. EL ramo de flores, la caja de bombones, el peluche, la cena, etc. Tú gastas todos tus ahorros, quedas como el mejor novio del mundo y a los dos días le plantas. ¡Por amor de Dios! En mi opinión San Valentín debería de ser la fiesta de los VERDADEROS enamorados, no de los rollos de ocasión.

Y por último, que no por ello menos importante, la presión comercial y social que te sumerge. Pases por donde pases no puedes evitar recordar que es San Valentín: corazones y regalos por todas partes, escaparates enteros vestidos de rojo, la gente buscando el mejor o más caro de los regalos. En definitiva, otra de las múltiples fiestas comerciales que impulsan el negocio de las empresas durante un par de días y rasca el fondo de nuestros bolsillos.


Yo, como mujer, vivo enamorada, y regalo lo que quiero y cuando quiero sin necesitar una escusa comercial de por medio. Pero eso no me hace pensar mejor de San Valentín, porque a mí no me hace falta San Nada para hacerle saber a la persona que quiero lo mucho que le amo cualquier día del año.

Para concluir, un abrazo muy fuerte para los enamorados 365.

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