18 noviembre 2010
TE QUIERO...(Rocio Parrado)
Hacía ya dos semanas, dos semanas que todo había acabado...
No puede creer que haya pasado el tiempo tan rápido, ni tampoco que encontrase el valos de decirle todo. No se lo tomó muy bien que digamos...y lo entiendo, pero ya no podía mentirle más a mi corazón, no, no podía. Había dejado de estar enamorada de él. De hecho, cada día dejaba de estarlo un poco más...
No podría decir el porque, pienso que fue un cúmulo de cosas. Las peleas, sus tonterías, mis ralladuras mentales, mis cabreos repentinos...pero sobre todo por una cosa en especial. Una cosa en especial que me pilló de improviso, que llegó sin avisar y lo descolocó todo...
Él, Angelo. Ese chico por el que jamás pensé que iba a sentir algo, porque era mi amigo y siempre lo había visto como tal. Poco a poco se fue ganando un lugar especial en mi corazón. Con cada gesto, sonrisa abrazo, beso...Y sin darme cuenta, me enamoré de él.
llevaba dos semanas pasando de él, intentando no encontrármelo, sin hablarle apenas. No sabía que decirle, no sabía como actuar ante él, además también quería esperar respecto a mi ya ex-novio. Pero ya no podía esperar más. Hacía una hora que había llamado a Angelo y le había pedido que quedásemos para hablar.
Quedaban diez minutos para que fuera la hora a la que habíamos quedado. Yo estaba arreglada desde hacía rato y estaba de los nervios...tenía un nudo en el estómago y el corazón en un puño y antes de que me arrepintiese me fui. Llegué al lugar donde habíamos quedado en apenas cinco minutos, al estar al lado de mi casa. Quedamos en una pequeña plaza que hay en el centro y ha pesar de que faltaban cinco minutos para la hora allí estaba él.
En cuanto le ví mi corazón empezó a latir fuertemente y pensé que se iba a salir de mi pecho. Le saludé desde lejos con la mano y él me sonrió, vino hacía a mí medio corriendo y me abrazó. Decidimos is a dar un paseo por la playa a pesar de que era otoño, a los dos nos encantaba.
Por el camino no me atreví a decir nada, así que Angelo intentó hacerme reir, y como siempre, lo consiguió. Al llegar a la playa nos sentamos en la arena el uno junto al otro, suspiré, me deseé suerte a mí misma y empecé a hablar:
-Angelo...-dije mirando hacia abajo- Yo...tengo que decirte algo...
-Que casualidad, yo también. ¿Me dejas empezar a mí?-me encogí de hombros y asentí-Cleo...desde que dejaste a Ethan he querido decirte algo, pero como me evitabas, no he podido. A ver como empiezo..nos conocemos desde hace años y desde el día que te conocí supe que eras especial. Nos hicimos amigos muy rápido aunque yo me las diese de chulo para impresionar y no te cayese muy bien al principio. No soporto verte mal y siempre intento hacerte sonreir...pienso en tí constantemente y me partía el alma verte con Etahn. Lo que intento decir , esque, debajo de esta amistad, para mi..hay algo más..no se si me explico...
Yo estaba completamente anonadada, tanto que no noté como sacó un papel de su bolsillo.
-Como para mí tú eres especial, quiero explicarte esto de forma especial-dijo mirándo al papel y empezando a leer...
Jamás sentí nada igual,
mi corazón ya no va a un ritmo normal;
tengo miedo de que un día se escape sin más.
Dime por favor, que si lo hace, tu lo buscarás...
Dime de que cuento te has escapado
bella princesa;
dime que me necesitas
para respirar.
Te aseguro que si pierdes tu zapato de cristal
ningún príncipe lo encontrará.
Pues yo no soy un príncipe;
solo un simpático chaval.
Dime que te basta eso,
dime que para siempre me querrás;
dime que para tí no hay otro...
Dímelo y para siempre me tendrás.
Cuando terminó de leer se acercó a mí, y con sus dedos suavemente limpió mis lágrimas. En aquel momento acercó su rostro al mío y sentí sus labios por primera vez. Fue el beso más dulce que me habían dado nunca...Al separar sus labios de los mios se acercó a mi oido y me susurró: "Te quiero..." Luego se sentó frente a mí y como si no hubiese pasado nada me preguntó: "¿qué tenias que decirme tú?" Yo me reí, apoyé mi frente sobre la suya y le dije: "Que yo también te quiero...".
Entonces él sonrió y me volvió a besar.
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