24 noviembre 2010
LA UNIÓN HACE LA BELLEZA (Alfonso Torres)
El precioso concierto que véis esta grabado en la espectacular catedral románica de ampliaciones góticas de San Esteban en Viena. Y la cantante no es otra que la británica Sarah Brightman, la soprano más exitosa de toda la historia musical.
La canción, cantada en inglés pero con partes en francés, se titula "Fleurs du Mal" (flores del mal) y como podemos observar la composición es fruto de cuatro elementos: la soprano, el coro, la orquesta clásica y sorpresa, ¡una banda de rock! Y el conjunto es una maravillosa conjunción de sonidos y estilos.
Al contrario de lo que pensarían las personas más puristas en lo que a música se refiere, la mezcla, la retroalimentación, la influencia los unos en los otros, la aceptación y atención a gustos e ideas distintas, enriquece la música de forma asombrosa y sin precedentes como nos demuestra "Fleurs du Mal".
La propia Sarah Brightman es un compendio de distintas músicas y esta influenciada por estilos tan dispares pero hermosos como el pop de la londinense Dido, la música clásica y la opera del italiano Verdi o el new age del grupo belga Enigma, aunque la soprano prefiere no definirse en ninguna rama musical pues tal y como comentó en una entrevista ve "horribles" las etiquetas pero comprende que existan en el mundo musical. Esta permeabilidad a todas las tendencias musicales le ha valido el puesto de soprano superventas cuando por lo general no estamos acostumbrados a que los cantantes clásicos sean sumamente populares y exitosos. Sarah Brightman es la excepción que confirma la regla. Por algo ha vendido más de 30 millones de discos, ha realizado numerosas colaboraciones con más de 30 artistas distintos, como Time To Say Goodbye con Andrea Bocelli, ha cantado en numerosos acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 o los últimos de Pekín 2008 y en sus 20 años en los escenarios ha cantado inglés pero también en español, latín, francés, alemán, italiano y otros no tan comunes como el hindi, el japones, el chino mandarín, el ruso y el occitano (una lengua romance hablada en el sur de Francia pero también en el Valle de Arán en España, en Mónaco y el norte de Italia, es decir, una lengua muy poco común, pero que como todas, también puede ser cantada).
En resumidas cuentas, esto nos demuestra que la unidad, la fusión, la tolerancia por todo y hacia todo nos enriquece y crea obras de arte que aunque quizás a algunos de vosotros no os guste, no podréis dejar de reconocerme, queridos lectores, que tienen belleza. Ojalá todos aprendamos y practiquemos lecciones como está.
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