El gobierno sirio quiere ocultar al mundo la matanza de la población civil. Ha intentado bloquear el acceso al país a Amnistía Internacional y a otros observadores internacionales, pero no lo ha conseguido. Nuestra investigadora Donatella Rovera ha entrado al país y ha podido ver la situación sobre el terreno.
El equipo de Donatella ha visitado 23 pueblos atacados por las fuerzas gubernamentales y ha realizado más de 200 entrevistas. Ha oído cómo los soldados sacaron a rastras de sus casas a hombres de todas las edades, delante de sus seres queridos, los mataron a tiros y prendieron fuego a sus cadáveres.
Según un informe de Naciones Unidas, las autoridades son responsables de matanzas, mutilaciones, arrestos arbitrarios, tortura y malos tratos de niños de tan sólo nueve años de edad.
“Donde quiera que fuera, encontraba residentes angustiados que preguntaban por qué el mundo se limita a observar sin hacer nada”, cuenta Donatella .
Malika al-Khateeb está embarazada de seis meses. El 15 de mayo fue detenida junto a sus hijos de 10 y 8 años. Desde entonces, están incomunicados. Su delito es estar casada con un hombre acusado de “pertenecer a un grupo terrorista”.
Las violaciones de derechos humanos en Siria exige, aumentar la presión internacional de manera urgente. Rusia, país clave por sus relaciones con Siria, y miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, puede tener la llave para poner fin a la masacre.
Por favor, firma la petición a Rusia para que no exporte armas a Siria y deje de obstaculizar los esfuerzos de la comunidad internacional para detener el baño de sangre. Que la población sepa que nosotros no sólo nos limitamos a observar.
Gracias por tu compromiso.
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