Como todos sabéis y supongo que estaréis de acuerdo conmigo por puro sentido común, el futuro de toda sociedad, independientemente de su nivel de desarrollo, es siempre la juventud. Y un pilar fundamental para dicha juventud es su educación.
Sin embargo, las polémicas entorno a la educación, al como impartirla a los jóvenes es punto constante de discusiones de los politicastros de turno que se olvidan de lo realmente fundamental del asunto, más allá de los intereses partidistas y electoralistas, que es ¿Estamos educando bien a nuestros jóvenes? ¿Estamos asegurando nuestro futuro?
Pues algo ha de fallar en el sistema actual, porque la situación que ahora os planteo, más propia de las escuelas del siglo pasado, se da con la suficiente abundancia como para ser preocupante.
La homofobia y los tópicos sexuales siguen cundiendo en los institutos de nuestro país, siendo verdaderos martirios y torturas para aquellos que los sufren en sus propias carnes, que aunque sean pocos (y no son tan pocos) y conformen una minoría silenciosa, deben ser protegidos y respetados con la misma dignidad que cualquier persona. Hablo de los adolescentes homosexuales o bisexuales e incluso de aquellos jóvenes que siendo heteros se ven agredidos por no continuar con una cadena de tópicos fomentada por la intolerancia e ignorancia de algunos y sobre todo, por la complicidad silenciosa y cobarde de una mayoría.
No quiero ser pesimista, pero aun con demasiada frecuencia se confunden en los institutos y entre le gente joven, términos tales como bisexualidad y promiscuidad y lo más grave, es que los ignorantes en lugar de corregir y aprender de sus errores discriminan a las personas que manifiestan su sexualidad (contraria a la mayoría hetero por supuesto) o simplemente no están definidos sexualmente.
La homosexualidad y la consideración de esta en los jóvenes se lleva un palo aún mayor de mano de la juventud, siendo motivo de insultos y diana de la mayoría de los tópicos. Los insultos tales como maricón o los gestos obscenos, que se mantienen, han evolucionado a la ironía y el sarcasmo como formas de agredir a los homosexuales, pudiendo poner ejemplos tales como risitas ridículas, gestos y voces afeminadas a la hora de dirigirse a un gay, falsos elogios para crear falsas ilusiones y proposiciones amorosas cargadas de recochineo y crueldad.
En el caso de los heteros acosados, o bien es por apoyar y considerar como iguales y respetables a los homosexuales y bisexuales o por manifestar una madurez en las relaciones de parejas inusual en los jóvenes. Aun se considera como estrecha o rara a aquellas chicas que no quieren tener ni hacer nada con un chico o promiscuas (por utilizar un adjetivo elegante) a aquellas con una vida sexual activa y libre de ataduras de pareja. Sin embargo, si este mismo caso se da en un chico, el tio es un maquina y si el chaval no moja, es tímido o pasa del género opuesto, la primera etiqueta que se le coloca es la de homosexual. Estos últimos ejemplos poco a poco se han convertido en excepciones pero aun se pueden ver algunos reductos.
Ante este panorama, algo hemos mejorado respecto a las escuelas de la etapa franquista, los profesores de los colegios públicos demuestran su apoyo a los chavales acosados por alguna de estas circunstancias y los protegen y enseñan para defenderse por si solos, sin embargo es un duro golpe un rechazo tan frontal en la adolescencia por una mera cuestión de gustos, en este caso sexuales, y algunos de ellos que no logran resistir la humillación sistemática que en algunos casos se da, se encierran durante largas etapas de su vida de nuevo en el armario.
Sin más que añadir y esperando no haber desanimado a ningún activista por estas informaciones, pues lo necesario ahora es continuar luchando.
Bueno acabo de leer este post y me he dado cuenta de que no lo había leído antes. Tienes muchísima razón con este tema Alfonso, hoy en día ya es algo un poco mas normal, pero aun así se sigue utilizando la palabra gay o maricón como un insulto y siempre que no haya igualdad... habrá un gay encerrado en el armario con miedo a salir por el rechazo de la gente... y ese es mi caso, harto de insultos hacia los homosexuales y con miedo a el rechazo... sin embargo a mi jamás me lo notaron y nunca he recibido un insulto directo mientras estaba en el armario, eso si... cuando salí hace unos meses (cuando le eché valor) recibí alguno que otro. Y como he dicho, siempre que siga habiendo una desigualdad... habrán personas que sigan escondidas por miedo, aunque si alguien lee este post y es homosexual quiero decirle que a mi me ha costado 19 años de mi vida decirlo y sinceramente no todo es un campo de flores, está claro que ha habido rechazos, pero ninguno de la gente que me quiere y que ha estado conmigo siempre. Pongo el mensaje anónimo porque aún no lo he dicho al 100% y no creo que esta sea la manera correcta, aunque si alguno que conozca me pide mi identidad (un comentario en este tema) se la daré con mucho gusto. Un saludo y nunca temáis, porque es mejor vivir una vida feliz a vivir una vida basada en la mentira.
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